Violencia... Hasta aquí
La violencia es un tema que ha crecido potencialmente durante los
últimos años.
Es bien sabido que esto es un asunto que puede afectar a cualquiera, sin
embargo este artículo se dirige solo a las mujeres y niñas que han sido
víctimas violencia.
¿Por qué solo hablar de la violencia contra las mujeres? Simple.
En 2018, 86 niñas fueron asesinadas por violencia de género, la cifra
más alta de la que se tenga registro y enero de 2019 suma 11 casos más.
La violencia contra las mujeres es un acto sexista. Puede ser producto
de un daño físico, psicólogico y emocional, y se traduce en el maltrato verbal
o físico en cualquier contexto.
No hay ningún tipo de violencia que sea menor o mayor, la violencia es
violencia por el lado que quieras verlo. Desde un insulto hasta un golpe, todo
puede causar daño.
Existen muchos tipos de violencia, y para saber cuándo debes actuar es
necesario reconocerlos.
Por ejemplo, también es violencia cuando tu pareja te excluye de tus
amistades. También cuando no respeta tus sentimientos, tu privacidad, si no
respeta tus derechos o tus opiniones.
Este maltrato puede presentar síntomas como la baja autoestima y
tristeza crónica.
La baja autoestima sucede cuando el maltratador denigra
tanto de la víctima, que le
llega a convencer de que su valor como persona es nulo y por eso, estas
víctimas llegan a considerarse fracasadas, predominando en ellas la baja
autoestima y la creencias de no merecer más que lo que recibe.
En la tristeza crónica, su semblante refleja un hondo abatimiento,
producto de soportar horas de angustia y depresión; acompañados de una sensación de impotencia e insomnio.
Las etapas de las mujeres que han sido víctimas de maltrato son las
siguientes:
1. Etapa de negación: La víctima se niega a aceptar, e incluso en ocasiones
ella misma se lo cree, asegurando que no ha sido víctima de
maltrato; recurriendo siempre a la negación de que algo
anda mal en su relación de pareja.
2. Etapa de culpabilidad: A pesar de que reconoce la existencia de un
problema, se considera responsable de la situación y siente que “merece” ser castigada. Por no estar a la altura
de lo que el maltratador espera de ella.
3. Etapa de iluminación: Nada de lo que está sucediendo es su
responsabilidad. Entiende que realmente no merece el maltrato que ha recibido
hasta ahora; aunque en el fondo alienta el deseo y la
esperanza de que los problemas se solucionen.
4.
Etapa de aceptación: Finalmente entiende que no hay
manera de que el maltratador enmiende su conducta. Aprende que no queda otra
solución que tomar caminos separados.
Aprende a
reconocer la violencia
1.
Violencia económica. Incluye todo tipo de acto que
genere limitaciones económicas con la intención de controlar el dinero o privar
de medios económicos para vivir de forma autónoma.
2. Violencia laboral. Presente en decenas y decenas de países donde se dificulta el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad
laboral, o se complica su desarrollo en la empresa o estabilidad por
el hecho de ser mujer.
3.
Violencia institucional. Es aquella mediante la que
funcionarios o autoridades dificultan, retrasan o impiden el acceso a la vida
pública, la adhesión a ciertas políticas e incluso la posibilidad de que las
personas ejerzan sus derechos.
4. Violencia psicológica. Este tipo de violencia contra
las mujeres no tiene por qué alcanzar el hostigamiento o la
humillación.
Puede manifestarse como acoso, restricción, humillación, manipulación o
aislamiento, produciendo daños emocionales y
perjudicando el desarrollo personal hasta problemas emocionales y psicológicos
muy graves que han llevado a muchas mujeres al suicidio.
5. Violencia física. Se traduce en cualquier acción que provoca daño o sufrimiento físico y afecte a la integridad
de la persona: hematomas, heridas, quemaduras y hasta un empujón es violencia
física y jamás debemos excusarla.
6. Violencia sexual. No se limita a forzar a una mujer contra su voluntad,
sino a cualquier tipo de acoso, explotación, abuso o intimidación,
sin importar si se da dentro o fuera del matrimonio o de cualquier
relación. Incluso si hasta tu pareja te obliga a tener relaciones sexuales
sin condón.
7. Violencia simbólica. Es aquella que recoge estereotipos, mensajes,
valores o signos que transmiten y favorecen el hecho de que se repitan relaciones basadas en la desigualdad, el
machismo, la discriminación o la naturalización de cualquier rol de subordinación
de las mujeres en nuestras sociedades.
Como veras, la violencia no es un asunto que implique ser feminista. Yo
como hombre repruebo cualquier tipo de violencia contra cualquier ser vivo.
Particularmente me enfoco en las mujeres por el creciente aumento de mujeres y
niñas desaparecidas, violentadas y asesinadas.
Nadie merece perder la vida por culpa de un pensamiento retrógrada de
posesión ni por ninguna otra razón que implique la falta de raciocinio o la
creencia de superioridad.